sábado, 9 de octubre de 2010

El eterno resplandor de una mente sin recuerdos

Ojalá pudiera conocer a alguien nuevo. Supongo que las probabilidades de que eso ocurra se ven disminuídas por mi capacidad de establecer contacto ocular con una mujer desconocida. ¿Por qué me enamoraré siempre de la primera mujer que veo y que me presta la más mínima atención?

Es el día que nos conocimos... estabas junto al mar, podía divisarte a lo lejos... recuerdo que me atrajiste a esa distancia incluso a esa distancia y pensé... "¡Jo, qué raro, me atrae la espalda de alguien!". Llevabas la sudadera de color naranja que llegaría a conocer tanto, que incluso llegaría a odiar con el tiempo, pero entonces pense: "¡Cómo mola, una sudadera naranja!"

- Hola.
- Hola.
-Te he visto aquí, aquí sentado... y solo. Y he pensado: "Gracias a Dios, una persona normal que tampoco sabe como relacionarse."
- Sí... nunca, nunca sé qué decir.


No hay comentarios: