martes, 1 de junio de 2010

Tú, con la oreja pegada a la pared esperando a que alguien llame. Eh, tú, ¿me ayudarás a cargar los ladrillos? Pero es sólo fantasía, el muro es demasiado alto para que puedas ver. No importa cómo lo intentes, no podrás ser libre. Y los gusanos comen tu cerebro. Eh, tú, fuera en la carretera siempre haciendo lo que los demás hacen, ¿puedes ayudarme? Eh, tú, al otro lado de la pared, ¿puedes ayudarme? Oye, no digas que no hay esperanza. ¿Hay alguien ahí afuera? Cuando soy un buen perro a veces me tiran algún hueso. Tengo asombrosos poderes de observación. Y tengo una necesidad urgente de volar. Pero no tengo ningún lugar donde volar. No puedo explicarlo y no lo entenderías. Así no es como soy yo. Con mi sonrisa vacía y mi corazón hambriento.

1 comentario:

Doinel dijo...

Un texto genial, cargado de significado...